En las primeras horas de hoy, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, expresó su disposición para abordar la crisis violenta en Haití, aunque subrayó la necesidad de una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) y otros respaldos.
A través de su cuenta en la red social X (anteriormente Twitter), Bukele respondió a una publicación del influyente malasio Ian Miles Cheong, quien compartió imágenes de protestas violentas en Haití junto con el mensaje: «Haití se ha derrumbado. El presidente ya no está en el país. Los puertos están oficialmente cerrados. Bandas de caníbales asedian el Palacio Nacional de Puerto Príncipe».
El presidente salvadoreño, conocido por su postura firme contra las pandillas y recientemente reelegido para un período adicional de cinco años, afirmó que su país puede contribuir a solucionar la situación en Haití, siempre y cuando se obtenga una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, el consentimiento del país anfitrión y se cubran todos los gastos de la misión.
A pesar de su popularidad por la estrategia anti-pandillas, la cual ha reducido significativamente los homicidios en uno de los países más violentos del mundo sin conflicto bélico, la gestión de Bukele ha sido objeto de críticas. Se le acusa de realizar detenciones masivas sin orden judicial, con más de 76,000 personas detenidas y más de 7,000 liberadas por falta de pruebas de culpabilidad.
Organizaciones como Amnistía Internacional y el Movimiento de Víctimas del Régimen (Movir) denuncian «detenciones arbitrarias» y reportan «atropellos», «torturas» y «muertes» en prisión bajo un régimen de excepción implementado desde marzo de 2022.
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